La maravilla del Libro

Fe
L
a maravilla del Libro crece sobre nosotros a medida que nuestra experiencia se amplía, por cuanto más profundamente lo buscamos, más sentimos que la Biblia no es simplemente un libro, pero El Libro. Sólo es el Libro universal, Libro eterno, Libro para todo el tiempo. Es la voz del Señor. Eso está solo, inaccesible en su grandeza, tan por encima de todos los otros libros como el cielo está sobre la tierra, o como el Hijo de Dios está por encima de los hijos de los hombres.

Una de las primeras cosas de este Libro que evoca nuestra maravilla es el mismo hecho de su existencia, nunca se dio ninguna orden a ningún hombre para planear la Biblia, ni nunca hubo cualquier plan concertado por parte de los hombres para escribir la Biblia. El camino en el que la Biblia creció, es uno de los misterios de nuestro tiempo. Poco a poco, siglo tras siglo, salió en fragmentos, escritos por varios hombres, sin cualquier arreglo concertado. Uno escribió una parte en Arabia, otra en Siria, una tercera en Palestina, otra en Grecia e Italia, y la primera parte fue escrita cientos de años antes de que naciera el ultimo hombre que escribió la última parte.

Aquí hay un libro que tardó al menos mil quinientos años en escribir, que abarca sesenta generaciones de la historia de este mundo. Amplía nuestra concepción de Dios y nos da nuevas ideas de Su infinita paciencia mientras observaba la tensión, la prisa y la inquietud del hombre a lo largo de los años febriles, mientras el gran Libro crecía lentamente. Aquí un poco, y allí un poco, historia, profecía, poesía y biografía, se presentó ante un mundo necesitado en su completa plenitud.

No hubo arreglos previos por parte de los hombres. No es como si Mateo, Marcos, Lucas y Juan se reunieran en comité y después de una conferencia solemne y buscando la dirección del Espíritu, Mateo se comprometió a escribir sobre Cristo como Rey, y Marcos acordó escribir sobre Él como el Siervo, Lucas. comprometiéndose a delinearlo como el Hombre, y Juan determinando coronarlo todo escribiendo de Él como el Hijo de Dios. No fue como si Pablo y Santiago se conocieran y después de hablar y orar al respecto, estuvieron de acuerdo en que Pablo debería escribir sobre la doctrina y Santiago sobre los aspectos prácticos de la fe cristiana. No hay rastro de tal cosa. Simplemente escribieron, movidos por el Espíritu, para satisfacer una necesidad presente, para enseñar alguna verdad gloriosa, para expresar algún anhelo ferviente, y de la suma de sus escritos surgió esta unidad milagrosa que llamamos el Nuevo Testamento.
Tags

Publicar un comentario

0Comentarios
Publicar un comentario (0)
Uso cookies para darte un mejor servicio.
Mi sitio web utiliza cookies para mejorar tu experiencia. Acepto Leer más